Historia


Breve Historia de las Tarjetas Postales

La Tarjeta Postal

La tarjeta postal es un medio de comunicación escrito que surge con los objetivos de establecer un medio de correspondencia más económico que las cartas y la transmisión de mensajes cortos, para ser remitida al descubierto, sin sobre. Son de edición pública o privada, triunfando la última sobre la primera.

Generalmente son de cartón rígido que pesa entre 3 y 5 gramos. No obstante, se han empleado para hacerlas los más variados materiales: madera, seda, corcho, cuero, aluminio, pluma, cabello, …

Su forma suele ser rectangular y de tamaño variable comprendido entre 14 X 9, de las postales antiguas, a 15 X 10,5 centímetros tamaño adoptado para las actuales. Pero las hay que revisten las formas más caprichosas: circulares, romboidales, trapezoides, de rompecabezas, en forma de hoja de árbol, calzado, toro, cuerpo humano, ….

Las primeras TP se fabricaron bajo la forma de entero postal, es decir editada por la Administración (oficial) y con el sello de franqueo impreso en el anverso. Autorizada a las empresas privadas a editar TP, nace la TP ilustrada que incluye, como su nombre indica, una ilustración de mayor o menor importancia en el reverso. Con la ilustración la TP pasó de ser un mero medio de comunicación a ser un objeto popular de interés artístico y documental, lo que atrajo a los coleccionistas. En las TP antiguas, el anverso es la parte exclusivamente reservada para adherir el sello de franqueo y consignar el nombre y la dirección del destinatario. También figura la fórmula “Tarjeta Postal”. El mensaje y la ilustración debían de ir en el reverso.

En 1905 el anverso de la TP se dividió en dos partes. La izquierda para escribir la comunicación y la derecha para el nombre y la dirección del destinatario, pasando la ilustración a ocupar todo el anverso. Nacimiento : 1865-1899

Nacimiento

En 1865, el Consejero de Estado de Prusia, Heinrich von Stephan propuso, durante el Quinto Congreso Postal de su país, propone la circulación de cartas oficiales sin sobre. No tuvo mayor repercusión y la idea se olvidó durante cuatro años.

En 1869, el doctor Emmanuel Hermman, Catedrático de Economía en la Academia Militar de Wierner-Neustadt en Austria, tras hacer circular como correspondencia privada varios trozos de papel al descubierto, sin sobre, pero franqueados y publicar el 2 de julio de 1869 en el diario austriaco Neve Freir Presse el artículo titulado «Nuevo medio de correspondencia postal», logró interesar al Director de Correos y Telégrafos de Viena, el barón Adolf Maly que promovió una ordenanza real al respecto que fue aprobada en octubre de ese mismo año.

Unos días después la Administración editó la primera TP oficial bajo la forma de entero postal. Su forma era rectangular con unas dimensiones de 12,2 X 8,5 centímetros. Se presentaba en impresión negra sobre un cartón de color crema. En su anverso, un marco de doble orla que contiene en el centro de la parte superior un arco con la inscripción “Correspondez-Karte”; bajo esta los escudos de armas imperiales austro-húngaros. En el ángulo superior derecho se observa un sello de dos coronas con la esfinge del emperador Francisco José I. Completan la descripción del anverso tres líneas reservadas a la dirección del destinatario. En el reverso figura la mención según la cual la Dirección de los Servicios de Correos declinaba toda responsabilidad en cuanto al contenido de la correspondencia. La tarjeta obtuvo un gran éxito vendiéndose un millón y medio en un mes.

Expansión

El uso de las tarjetas se extiende rápidamente por todos los países Europeos y por Estados Unidos, llevando a los particulares a editar sus propias tarjetas (privadas) que, a diferencia de las oficiales, requieren de la adhesión de un sello para ser enviadas. Durante la década de los 70 los impresores privados, sobre todo alemanes, franceses y estadounidenses, logran que sus gobiernos liberalicen esta actividad, ya que hasta ahora era monopolio estatal, naciendo una pujante industria. La tarjeta postal privada triunfa ampliamente sobre la oficial, como fueron las postales «Gruss aus …» en los países germánicos (saludos desde). La creatividad personal y el desarrollo tecnológico de los sistemas de impresión permitió la edición de TP ilustradas con vistas de ciudades, paisajes y otros motivos. A partir de aquí la tarjeta pasa a ser, además de un sistema de comunicación escrita popular, un instrumento artístico y documental, que es utilizado para intereses militares, turísticos, publicitarios, políticos, críticos … La mayoría de estas TP fueron impresas en fototipia, utilizándose también la litografía y el fotograbado. Eran de papel encartonado de forma rectangular y de desigual dimensiones. El anverso estaba reservado para los sellos, nombre y dirección del destinatario, y el reverso para la comunicación, firma del remitente y, reducida a la mínima expresión, la ilustración. Por ello, si el mensaje a escribir por los usuarios era más largo se hacia sobre élla. Las TP se beneficiaron de una tarifa reducida.

España

En España, unos años más tarde que en el resto de Europa, pero de manera similar, la iniciativa privada hace circular TP por diferentes puntos de nuestra geografía. Ante ello, la Dirección General de Comunicaciones mediante Real Orden de 10 de mayo de 1871, regula el uso y circulación en España de las Tarjetas Postales, prohibiéndose la circulación por correo de tarjetas privadas hasta diciembre de 1886 que queda levantada, autorizándose la impresión de dibujos o vista en el anverso.

En 1873 la Fábrica de Moneda y Timbre hace imprimir y circular la primera tarjeta oficial, en forma de entero postal. Esta tarjeta es de color crema y de forma rectangular; con marco impreso en color azul, al igual que todo impreso en la misma; en el centro de la parte superior un sello con la efigie de la república y con una tasa de franqueo de 5 céntimos; al los lados del sello y haciendo arco, aparece a la izquierda la palabra “República” y al derecho “Española”; en la parte de abajo del sello y centrado pone “Tarjeta Postal.”; dos líneas, una reservada para el Nombre (Sr. D.) y otra para la Dirección. En la parte inferior figura impresa la siguiente frase: “Nota: Lo que debe escribirse se hará en el reverso ira firmado por el remitente”. El reverso estaba en blanco. Según aparece en www.filateliadigital.com, la tarjeta postal ilustrada más antigua que se conoce circulada (según su matasellos), es una tarjeta impresa en fototipia titulada “Recuerdo de Madrid” de la casa de artes gráficas “Fototipia Hauser y Menet”, pionera en la edición de tarjetas postales en España. La postal está circulada de Madrid a Barcelona el día 21 de octubre de 1892, y pertenece a la colección de Jesús Sitjá.

Evolución

El masivo uso de las tarjetas en los países industrializados, conducen a la creación en 1874 de la Unión Postal Universal, durante la celebración del Congreso Postal de Berna (Suiza). Nace con los objetivos de afianzar la organización y el mejoramiento de los servicios postales, participar en la asistencia técnica postal que soliciten los países miembros y fomentar la colaboración internacional en materia postal.

En 1878 la Unión Postal Universal estandarizó el tamaño de las tarjetas a 14 X 9 centímetros.

La Administración también ayudo a la difusión de la TP, al hacer uso de ellas para plasmar la celebración de diferentes Exposiciones y Conmemoraciones nacionales o internacionales celebradas a finales de siglo.

La Edad de Oro : 1900-1914

Durante el periodo de 1900 a 1914 se desarrolla la llamada «Edad de Oro» de la TP, que coincide con la adopción de una importante modificación en las mismas.

Hasta este periodo, la normativa de Correos obligaba a los usuarios a escribir sus mensajes en el frente de la postal, muchas veces sobre la ilustración, reservando el anverso para el nombre, dirección del destinatario y los timbres. En Gran Bretaña, para dedicar más espacio al mensaje se propone dividir mediante una línea el anverso de la postal en dos partes, reservándose el lado izquierdo para la escritura y el derecho para la dirección. De esta manera, la ilustración de la postal no se dañaba, apreciándose mejor al ocupar todo el espacio. Esta medida es recogida en 1905 por la Unión Postal Universal y generalizada a todos los países, entre ellos España mediante Real Decreto de 7 de diciembre de 1905. Durante este periodo, la postal vive años de prosperidad, convirtiéndose en el medio de comunicación más popular vendiéndose millones de ellas. Se encuentran en cualquier establecimiento y se benefician de una tarifa reducida. Las ediciones de postales son más variadas. Aparte de las vistas de monumentos y paisajes, se abre un amplio abanico temático: vida cotidiana, trajes regionales, desnudos, fauna, flora, armas, mecánica, felicitaciones, deportes, aviación, automoción, realeza, tauromaquia … Cada día hay más coleccionistas, clubes y asociaciones cartófilas, revistas y exposiciones. También influye en ello, la aportación de los grandes artistas de la época (pintores, ilustradores, dibujantes, fotógrafos), y por motivos más comerciales, el auge del turismo, la publicidad y el apoyo de la industria impresora. Respecto a los métodos de impresión, a partir del año 1905 se popularizó la impresión de las TP fotográficas (bromuro)

Durante estos años la industria cartófila española iguala a la del resto de Europa. Normalmente, las empresas de artes gráficas eran a la vez impresores y editores. Hay que destacar a las casas Hauser y Menet, Fototipia Lacoste (Laurent), Roisin, J. Thomas, Fototipia Escolá o al editor Ángel Toldrá Vianzo (ATV), entre otros impresores y editores regionales o locales, e incluso extranjeros como Purger & Co.. Las mayoría de estas TP son de fotógrafos anónimos ya que no aparece su nombre en éllas. No es el caso del fotógrafo y editor Antonio Cánovas que publicó a principios de siglo postales notables.

Las Guerras : 1914-1945

Durante la Primera Guerra Mundial, la Civil Española y la Segunda Mundial, la tarjeta postal conoce la censura y es utilizada como instrumento propagandístico bélico, político, social e ideológico. Es utilizado como un medio más de comunicación, en especial de trincheras hacia el exterior y viceversa (tarjeta postal de campaña). Aunque en este periodo hay problemas de comunicación internacional y se reducen la calidad de las cartulinas y la capacidad de impresión, no por ello las tarjetas pierden su valor artístico e histórico. En el caso de la guerra civil española, en ambos bandos aparece el cartel como elemento difusor. Muchas de las TP reproducen esos carteles. Las consignas son variadas: ánimo a las tropas en la lucha, caricaturizar al enemigo, llamada a las armas, a la revolución, la salvación de la patria, justificación de la guerra, llamadas a la unidad, la consecución de la victoria, libertad, ayuda en retaguardia, etc. Destacan las tarjetas postales emitidas por partidos políticos, sindicatos y otros agentes sociales de Cataluña.

1946-Actualidad

El desarrollo de los medios de comunicación y de la información (transporte, fotografía amateur, prensa escrita, radio, televisión, teléfono, etc.), hacen que disminuya el encanto de la TP y explica en gran parte su declive, y tan sólo aquellas que poseen un sentido artístico, documental, histórico o filatélico son demandadas.

A partir de 1975 aparece una nueva generación de coleccionistas gracias a la publicación de libros y catálogos que tratan el tema, a la organización de exposiciones, y al resurgimiento de asociaciones y club cartófilos.

Poco a poco los historiadores, artistas, publicitarios, ONG’s e incluso partidos políticos y sindicatos redescubrieron el valor de las TP. Actualmente con la aparición de internet, se ha generalizado el uso de la postal electrónica, que debido al ya por sí atractivo del nuevo medio, su velocidad de recepción y toda la maquinaria multimedia puesta a su servicio (imágenes, sonidos, animaciones, etc.), han cautivado y atraído a millones de usuarios. No obstante, internet no debe suponer un obstáculo. Debe ser un nuevo medio de comunicación entre coleccionistas, lugar de difusión y exposición, de intercambio y de compra-venta, que ayude a aumentar la calidad y la cantidad de las colecciones, así como un nuevo medio de iniciación para nuevos coleccionistas.

Bibliografía

La tarjeta postal en Badajoz (1900-1931). Francisco Javier García Ramos. Cicon Ediciones. 2001.

Catálogo de las primeras tarjetas postales impresas por Hauser y Menet. Martín Carrasco. Casa Postal. 1992.

La Tarjeta Postal en España. Carlos Teixidor. Espasa. 2000.

Artículos publicados por Ernesto Fiz Domínguez Valero en RF (Revista de Filatelia), en relación con al Introducción de la TP en España.